miércoles, agosto 29, 2007

Lecciones de un huracán

Autora: Lilly García

Suelta el drama y pon atención Existe una gran diferencia entre una onda tropical y un huracán. Para llegar a ser huracán una onda tiene que intensificarse, convertirse en depresión tropical, de ahí pasar a tormenta, y por último ser definida como un “huracán”. Generalmente así son los problemas o situaciones que nos afectan en la vida. Cada uno tiene su grado de intensidad. Hay problemitas y hay problemas. ¿Por qué entonces nos empeñamos en ver las cosas mucho más intensas de lo que en realidad son? Hacemos de una pequeña brisita una tormenta y, si nos dejan, muchas veces, mentalmente formamos un huracán categoría 4.

La próxima vez que comience a surgir un problema o situación difícil en tu vida, ya sea de salud, familia o trabajo, míralo con ojos objetivos y no lo hagas más de lo que es. Eso sí, dale la atención que requiere en el momento, no vaya a ser que por vagancia, cobardía o simple dejadez de tu parte, termines atrapada dentro del ojo de tu propia tormenta.

Prepárate para lo peor
¿Quiénes se ponen histéricos cuando se emite un aviso de huracán?
Aquellos que no están preparados para el azote. Digo, es cierto que hay cosas en la vida para las cuales es imposible prepararse, pero hay muchas que sí. Al igual que la vida, las tormentas son completamente impredecibles y no importa cuán preparado puedas estar el golpe siempre puede afectarte más de lo que esperabas. Pero lo cierto es que aquellos que sí están preparados para los cambios, que reconocen que cualquier cosa puede pasar, sufren menos y se recuperan más rápido.

Piensa en aquellas cosas que más te atemorizan y comienza desde ahora a prepararte física y emocionalmente para ellas. Suena algo masoquista, pero en realidad, en guerra avisada muere menos gente.

Observa las condiciones
La temporada de huracanes es cíclica, y ocurre entre junio y noviembre. Durante esos meses, si las condiciones son las correctas, se forman tormentas. Estas condiciones incluyen la influencia de las corrientes del Niño o la Niña, la temperatura del mar, las altas y bajas presiones en ciertas áreas, etc. En otras palabras, que un huracán es resultado de muchas condiciones que se unen. De la misma forma, todos nosotros estamos creando constantemente condiciones en nuestra vida. Y son esas condiciones las que van a ir formando nuestra realidad. ¿Qué condiciones estás creando tú? ¿Qué elementos negativos y positivos están influenciando hoy lo que van a ser tus circunstancias mañana? ¿Quieres una vida balanceada y armoniosa? Pues genera condiciones de balance y armonía. Tú eres el único responsable de tus decisiones, por lo tanto no vengas a echarle la culpa a otro cuando comiencen a apretar los vientos.

Columna extraída del periódico: Primera Hora
Dirección de la columna Lecciones de un huracán

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